Hace ya 30 años, el 17 de octubre de 1987, el padre Joseph Wresinski —una de las primeras personas que puso en evidencia el vínculo directo entre los derechos humanos y la extrema pobreza— hizo un llamamiento para luchar contra esta lacra, animando a conmemorar el Día Mundial para la Superación de la Pobreza Extrema. Ese día, más de cien mil personas se congregaron en la plaza del Trocadero, en París, donde en 1948 se había firmado la Declaración Universal de Derechos Humanos, para rendir homenaje a las víctimas de la pobreza extrema, la violencia y el hambre.  Cinco años después la Asamblea General, inspirada en ese llamamiento, declaró el 17 de octubre como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (resolución 47/196 )..

Este Día Internacional representa, por tanto, una oportunidad para reconocer el esfuerzo y la lucha de las personas que viven en la pobreza, una ocasión para que den a conocer sus problemas.

La pobreza es en definitiva un amplio abanico de circunstancias, asociadas con la dificultad al acceso y carencia de recursos para satisfacer las necesidades básicas, que inciden en un deterioro del nivel y calidad de vida de las personas.  Esto se plasma en la falta de salud, de vivienda, de ingresos económicos, de empleo, de igualdad entre hombres y mujeres, de agricultura estable, de nutrición, de tecnología, de educación y de viabilidad.

Por ese motivo, debemos dejar de observarla exclusivamente como una falta de ingresos. Se trata de un fenómeno multidimensional. La pobreza es en sí misma un problema de derechos humanos urgente y es a la vez causa y consecuencia de violaciones de los derechos humanos, pues se caracteriza por vulneraciones múltiples e interconexas de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, y las personas que viven en ella se ven expuestas regularmente a la denegación de su dignidad e igualdad. Reducir la pobreza y erradicarla es por tanto una obligación de todas las sociedades ya que  sus consecuencias son el origen de  situaciones como el narcotráfico, muerte, prostitución, explotación infantil, etc. Y como tal es necesario abordarlo, desde todos los ámbitos de la sociedad: Administraciones, tercer sector, sociedad en general y por supuesto con la plena participación de los propios afectados.

Es por ello que desde la Concejalía de Políticas Sociales del Excmo. Ayuntamiento de Cieza, se llevan a cabo diferentes proyectos cuyos objetivos tienen que ver con la lucha contra la pobreza en nuestro municipio. Programas destinados, no sólo a paliar situaciones de necesidad económica, sino también a trabajar junto a las personas que padecen situaciones de vulnerabilidad social, con el fin de acompañarles en sus procesos de cambio, tendentes a la recuperación de sus situaciones. Entre otros encontramos el Proyecto Erradicación de la Pobreza Energética; Proyecto de Lucha contra la Pobreza Infantil; Programa de Trabajo Social; Programa de Acompañamiento para la Inclusión Social Programa de Familia; ; Proyecto de comidas a Domicilio; Ayudas para Comedor escolar, libros  etc.)..

Nos sumamos a esta conmemoración, siendo conscientes de la dificultad que conlleva su erradicación, pero sin olvidar ni obviar, a aquellos que la sufren. Una situación de pobreza, nunca debe arrebatar la dignidad de quien la padece.

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